Es un momento duro para América Latina y el Caribe, que en los últimos años ha fluctuado entre la inestabilidad y la movilización. La corrupción, la desigualdad y los sistemas autoritarios han dado rienda suelta a la frustración, demandas insatisfechas y un acentuado descontento de la sociedad civil que recorren varios países de la región, y a su vez, viene demandando un cambio de rumbo. La prospectiva no es sencilla para América Latina, ya que los problemas seguirán y las situaciones de discriminación estarán a la orden del día, porque no hay unidad latinoamericana, a diferencia de otras latitudes que trabajan con intereses comunes y un rumbo claro.
